«Se trata de promover que los ciudadanos canarios acceden a mercados y oportunidades en las mismas condiciones que cualquier otro ciudadano», destaca la profesora universitaria de Análisis Económico Aplicado de la ULPGC.
Ofelia Betancor Cruz, profesora del Departamento de Análisis Económico Aplicado de la ULPGC, participó ayer en la reunión del comité técnico que da paso, hoy, al inicio de la Cumbre sobre el Transporte y la Movilidad de los Territorios Extrapeninsulares. Betancor señala que para atajar el alza de precios aéreos a raíz de la aplicación del 75% no hay una única solución.
¿Cuál es la solución para atajar el alza de precios a raíz de la aplicación del 75%?
Probablemente estemos ante un fallo regulatorio. Es decir, que se ha implementado una regulación sin haber analizado suficientemente sus consecuencias. Esto sería lo primero. Seguramente, la solución no es única para todos los mercados y para todas la rutas. Hay que tener muy presente, por ejemplo, el porcentaje de residentes que hay en cada ruta. Desde luego, la solución desde mi punto de vista no es hacer declaraciones de Obligación de Servicio Público (OSP) con la Península. Eso es un error en rutas donde tenemos muchísimo tráfico, como las que conectan las Islas con las capitales con más de un millón y medio de pasajeros. Intervenir estos mercados con OSP implica volver a regular en mercado y sería seguramente contraproducente.
¿Es más favorable a desintervenir el mercado, a que este se regule por sí mismo?
Mercados libres donde se intervenga en términos de subvención al residente por razones de equidad. Es decir, se trata de promover que los ciudadanos canarios acceden a mercados y oportunidades en las mismas condiciones que cualquier otro ciudadano español. Y si este es el objetivo, habrá que implementar algún tipo de subvención, pero no de cualquier manera sin haber previsto las consecuencias con suficiente antelación.
Llegados a este punto, ¿qué se puede hacer?
Lo que se puede hacer es revisar cada ruta en particular. La solución no es única, con seguridad. No es lo mismo una ruta con 1,5 millones de pasajeros que otra con 50.000, que haya tres aerolíneas a que haya una, o que sean mercados contestables, es decir, que sean atacables con la entrada de nuevas compañías. No hay soluciones únicas y hay que pensarlas muy bien.
Una solución para cada caso.
Exactamente y, sobre todo, que se considere. No tengo todos los datos, pero sé que se están haciendo estudios. Tendría que ver cada ruta en particular para ver cuál es la mejor solución.
¿Y rebajar la subvención?
No necesariamente rebajar la subvención, pero sí la forma que ésta adopta. Puede ser una subvención fija, no necesariamente que se ingrese a las aerolíneas, que igual adopta una forma específica determinada para estudiantes o que adopte la forma de un descuento dentro del IRPF. Hay que buscar fórmulas alternativas. Parece que la que ahora mismo está aplicándose no es la más conveniente.
¿Han fallado los mecanismos de control?
Pienso que estamos ante un fallo regulatorio. Es decir, que se ha implementado una regulación que ha producido unos efectos indeseados. Se deseaba que el precio que observan los pasajeros bajasen y no siempre ha sido así. Y esto depende de las condiciones de la ruta, de las condiciones de competencia y, muy importante, de cuántas personas en esta ruta son residentes o no.
¿El establecimiento de precios máximos provocaría la salida de aerolíneas?
Esta no es la salida. La OSP es una salvaguarda de la normativa europea. Implica que el mercado se regule y que haya precios máximos. Esto puede tener sentido en determinados casos. Una cosa es eso y otra que en rutas con 1,5 millones regulemos precios. Eso es un despropósito completo. No es la solución en absoluto, hay que dejar que el mercado funcione y, eso sí, vigilar que las aerolíneas no adopten prácticas anticompetitivas. Es lo único que habría que hacer y creo que existen mecanismos para ello: los mecanismos que implementan las autoridades de defensa de la competencia.
Fuentes: La Provincia y El Día